Espiritu Navideño

Feliz lunes, ¿qué tal el fin de semana?, ¿provechoso? A mi se me ha pasado volando pero he descansado.

Ya tengo las compras navideñas casi terminadas y estoy deseando sacar el árbol ya. Me encantan estas fechas: las luces, los adornos, el ambiente, los villancicos,…. No puedo evitarlo, es acercarse estas fechas y ya empiezo a pensar regalos para todos, no tienen que ser cosas caras sólo un detalle que sabes que le va a gustar, empiezo a pensar si faltan bolas para el árbol, donde lo vamos a poner,… A mucha gente, cada vez conozco más, no le gustan las Navidades porque les pone tristes o piensan que es una fecha consumista. No hay que gastarse mucho para disfrutar de estas fiestas es más la ilusión que lo que se regala o come. Echar de menos a los que ya no están con nosotros es inevitable pero no hay que ponerse tristes sino pensar que están siempre con nosotros, guiando nuestros pasos.

Este año hay una iniciativa muy bonita para que se compren regalos artesanales, hechos a mano o por lo menos que se compren en el comercio del barrio, en las tiendas pequeñas que lo están pasando mal por la crisis y son las que dan vida a nuestras calles y no las grandes superficies. Y que se evite pagar con tarjeta que sólo beneficia al banco que se lleva una comisión por esa compra. No nos cuesta nada pagar en metálico para que todo el beneficio se quede en la tienda.

Se nota este ambiente navideño hasta en la prensa, esta semana la noticia estrella ha sido la de un policía de Nueva York, Larry DePrimo, regalando unos zapatos a un indigente, Jeffrey Hillman, que estaba descalzo. Pasaba por allí una turista cámara en mano e inmortalizo el momento que ha dado la vuelta al mundo en los últimos días.

 

Noticias como esta no deberían ser noticia, ayudar al prójimo no debe verse como algo excepcional sino es nuestro deber, somos personas. Si no nos ayudamos entre nosotros ¿quién lo va hacer? No es un acto navideño sino que tendría que ser de todo el año pero cada vez somos más incívicos, vamos a lo nuestro y no nos preocupamos por los demás. Ayer iba en el autobús camino a casa de mis padres, iba de pies porque iba lleno, todos los asientos estaban ocupados. Entraron 3 señores mayores, uno de ellos con muleta. La gente empezó a mirar por la ventana, cada uno a lo suyo y nadie hacía por levantarse. Al final una señora les ofreció su asiento y se sentó el de la muleta. Los otros dos tuvieron que ir de pies. Había gente joven, escuchando música y mirando el móvil, también de mediana edad charlando con el de al lado o mirando por la ventana, pero no tuvieron la buena conciencia de ceder su asiento. ¿Es así como nos gusta ser? Porque yo me sentí fatal.

Volviendo a la “noticia estrella”, unos días después la prensa ha visitado a Jeffrey, buscando una foto con sus zapatos nuevos porque no debe haber más noticias y le han encontrado de nuevo descalzo. Ha escondido los zapatos porque teme que le roben o le hagan algo peor aunque agradece de corazón la buena obra del policía. Se ha convertido en el mendigo más famoso de Estados Unidos y digo yo, ¿en vez de fotografiarle por qué no le ayudan a salir de la calle?