Comienza una nueva semana, no nos podemos quejar que hace un
tiempo veraniego casi mejor que en julio, y hay que afrontarla con ganas e
ilusión. El finde cargamos pilas, hizo muy buena temperatura y tocó paseos por
la costa y comida familiar el domingo, en plan tranquilo ya que el sábado fue más
activo, estuve de compras, si es que no me puedo negar a eso, me “engañó” mi
hermana para mirar pantalones, como le dije que necesitaba…
Estuvimos en C&A
de Barakaldo mirándolo todo tranquilamente, cogiendo cosas para ir a probar y
terminé con los brazos dormidos de tanta percha. Me compré un par de vaqueros,
que al final es lo que más uso, una camiseta de manga larga naranja (queda muy
bien con los vaqueros y con un pantalón negro) por 9€, una camisa blanca de florecitas rojas y una falda a la rodilla
blanca con franjas negras muy marinera por 9€
también porque es un saldo de verano. Al salir de la tienda me dí cuenta que no
sabía con que ponerme la falda porque con una blusita blanca igual se mataban
los blancos y camiseta negra no tengo, no me gusta mucho vestir de oscuro, así
que fui a Park Avenue, una calle llenas de outlet que esta en Barakaldo, y allí
compre la camiseta negra, de las básicas en Cortefiel por 3,95€, y
en Mango, como no, una chaqueta de
punto de color roja para darle un toque de color al look. Me lo probé todo nada
más llegar a casa y queda estupendo, como hace buena temperatura lo estrenaré
en estos días.
Con tanto trajín no me dio tiempo a escribir nada, ganas no
me faltaron sobre todo el sábado a la mañana, tenía una entrada pensada sobre
como limpiar pescado. En un ataque de marujeo me levanté temprano y fui al
mercado muy mona con mi carrito a llenar la nevera, compré carne, pescado y
fruta. La sorpresa me la llevé en la pescadería ya que no me quisieron limpiar
la pescadilla, “te la escamo” me dijo la chica, a mi se me quedó una cara de
sorpresa que no sabía que decirle, así que al llegar a casa me encontré con
unos ojitos mirándome encima de la mesa, tuve que usar el comodín de la
llamada, a mi padre para pedirle sopitas. “Le metes una tijera por el agujero
del culo hasta la garganta” Esa fue su respuesta y esta mi cara: O.O Agarré un cabreo, que ya no iba a
comprar mas pescado mas que congelado,… Me armé de valor y fui a mirarle la
retaguardia al pez armada con mis tijeras, y para mi sorpresa y alivio ya tenía
una raja debajo de las agallas por donde le habían limpiado el interior, sólo
le tuve que recortar las aletas y cortarle al pobre la cabeza y la cola. Pero a
esa pescadería no vuelvo, lo tengo claro, la próxima congelado que no tienes
que cometer ningun crimen en la cocina, pobre que te mira con esos ojillos
brillantes y la boca abierta que parece que se va a poner hablar.
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