Ya me han quitado los parches, ¡¡¡por fin!!! No podéis
imaginar lo que me pica la espalda.
Llevaba desde el lunes con la espalda llena de esparadrapos
por la prueba de la alergia, sin poder ducharme y con tirantez. Y ya esta
mañana he ido a que me los retiren, ya no aguantaba más, me picaba muchísimo. Me
han dado alergia un par de parches, algún componente plástico con nombre raro. No
me han dado muchos detalles porque tengo que volver el viernes a recoger los
resultados.
Me han salido como dos verrugas, una en cada paletilla que
pican horrores y lo peor es que no me puedo arrascar ni echar alguna crema. Me pintó
la enfermera la espalda que parece la pizarra de un entrenador de fútbol. Que
ganas de que llegué el viernes.
Por otro lado, la anécdota del día ha sido la llamada de mi
jefe a la oficina, hoy no venía porque tenía cursillo, y mi respuesta borde,
haber mañana cuando me vea.
Ha llamado desde su móvil y claro yo no sabía quien era, he
dicho buenos días y el nombre de la empresa y él me ha preguntado si era otra
compañera, le he dicho que no que si quería hablar con ella y me ha respondido
que no que haber quien era yo. Me da una rabia que la gente quiera saber quien
eres sin identificarse ellos primero, así que no le dicho mi nombre sino que le
vuelto a preguntar si quería hablar con mi compañera o con alguien y como él
seguía en sus trece he pasado la llamada. Mala suerte que mi compañera no
estaba en su sitio y la llamada se ha cortado. Ha vuelto a llamar y le ha
cogido otra compañera y todo borde le ha dicho pásame con María. Mi compañera
se ha quedado sorprendida de lo brusco que ha sido y me ha dicho que era el
jefe y al mirar el número que ha llamado, era el mismo que mi llamada
misteriosa. Que vergüenza, haber que le digo yo mañana.
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